Murcia

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Una cadena de montañas rodea la llanura en la que se asienta Murcia, una ciudad de origen árabe cuya existencia está estrechamente ligada a la fértil huerta del río Segura. De entre sus históricas calles gremiales emerge la torre de la Catedral, uno de los símbolos de la urbe.

Aunque las tierras murcianas están pobladas desde hace más de 2.000 años, la fundación de Murcia capital no llegaría hasta el 831, año en que el emir de Córdoba Abderramán II mandó construir una ciudad amurallada a orillas del río Segura y la convirtió en capital de la provincia califal.

Fue entonces cuando la árabe Mursiya comenzó a cobrar protagonismo, hasta que en el siglo XIII pasó a formar parte del Reino de Castilla. Hoy en día, en la ciudad hay numerosas muestras de su pasado árabe. Destacan los restos arquitectónicos de la Almunia Real o segunda residencia de los reyes árabes. Se encuentran a unos cinco kilómetros al norte de Murcia y en el Museo de Santa Clara se pueden contemplar muchas piezas recogidas en ella. Asimismo, se conservan restos monumentales de la muralla islámica en distintos puntos del casco viejo de Murcia. La ciudad antigua se asienta junto al Segura, con históricas calles que han conservado los nombres de los gremios que las ocupaban, como las comerciales Platería, Trapería y Vidrieros. La plaza del Cardenal Belluga concentra dos de las joyas arquitectónicas de Murcia capital, el Palacio Episcopal (s. XVIII), de fachada rococó y patio churrigueresco, y la Catedral. Este templo, que comenzó a construirse a finales del siglo XIV, destaca por la superposición de estilos. Así, por ejemplo, llama la atención su singular fachada barroca, de gran riqueza escultórica y, junto a ella, se alza la formidable torre de 92 metros de altura. Mientras, en el interior sobresale la Capilla de los Vélez, magnífico ejemplo del gótico florido. El barroco murciano posee una amplia representación a través de edificios religiosos como la iglesia de la Merced, originaria del s. XVI y reconstruida en el s. XVIII, la iglesia convento de Santa Ana, la iglesia de Santo Domingo, San Nicolás o San Miguel. Merece la pena, asimismo, conocer algunos de los edificios decimonónicos más relevantes de la ciudad. El Ayuntamiento, el Teatro Romea y el Casino, este último con fachada neoclásica y bello patio interior de influencia árabe. Las barriadas de San Pedro, Santa Catalina y los alrededores de la plaza de las Flores ofrecen algunos de los rincones más pintorescos de la capital murciana. El recorrido puede finalizar en el hermoso Paseo del Malecón, vínculo de la ciudad con la huerta. Murcia cuenta con una amplia oferta de museos y exposiciones. En el Museo Catedralicio destaca una espectacular custodia procesional toledana, mientras que el Museo Salzillo contiene una preciosa colección de tallas procesionales de este escultor, uno de los más emblemáticos del siglo XVIII. En el Museo Arqueológico de Murcia podemos admirar vestigios de las diferentes culturas que han pasado por estas tierras, entre ellos el Tesoro de la Finca Pinta, compuesto por monedas musulmanas y cristianas. El Museo de Bellas Artes conserva obras de Giordano y Madrazo, entre otros. Otros museos de interés son el Museo de Santa Clara, el Museo de la Ciudad, el Museo de San Juan de Dios, el Museo de la Ciencia y el Agua, el Museo de los Molinos del Río, el Centro de Artesanía y el Museo Taurino.

Fiestas, gastronomía y alrededores

De los festejos y celebraciones populares que se realizan en la capital murciana destaca la Semana Santa, durante la cual merece la pena asistir a la procesión de los “salzillos” en la mañana del Viernes Santo. También sobresale, dentro de las Fiestas de Primavera, los actos del Entierro de la Sardina, que incluyen un vistoso desfile de carrozas. Ambos eventos están declarados de Interés Turístico Internacional. Pero quizá una de las tradiciones más arraigadas de la capital murciana -también reconocida como Fiesta de Interés Turístico Internacional- es el Bando de la Huerta, que se celebra cada Martes de Pascua desde hace más de siglo y medio. Esta celebración supone una exaltación de la gastronomía y el folclore regionales, con desfiles, trajes regionales, degustación de productos típicos y lectura de versos en “panocho” (lenguaje huertano). Otra fiesta bastante popular es la Romería de la Virgen de la Fuensanta, en la que una procesión lleva a la virgen desde la Catedral a su santuario, situado a cinco kilómetros de Murcia. La gastronomía murciana se basa en las excelentes frutas, verduras y hortalizas que proporciona su huerta. Con estas materias primas se elaboran guisos y platos típicos como el pisto huertano (con pimiento, cebolla y tomate), el potaje de garbanzos y acelgas o el zarangollo (calabacín, huevo y cebolla). Como acompañamiento, se puede elegir entre cualquiera de los vinos murcianos con Denominación de Origen: Bullas, Yecla y Jumilla. Uno de los principales atractivos turísticos que posee Murcia es su litoral, conocido como la Costa Cálida. Sus 250 kilómetros de costa se reparten entre el Mar Menor y el Mediterráneo, ofreciendo multitud de playas donde es posible practicar una amplia variedad de deportes náuticos: vela, windsurf, piragüismo, esquí acuático, buceo, etc. Águilas y Mazarrón cuentan con unos de los mejores fondos del país, cuya transparencia y visibilidad nos permite acercarnos a la flora y la fauna acuáticas, en un lugar donde es frecuente encontrar también restos de navíos hundidos. Cartagena es otro centro de interés turístico donde, además de disfrutar de su litoral y legado monumental, podemos visitar el Museo Nacional de Arqueología Submarina. Muy cerca de Cartagena se sitúa La Manga del Mar Menor, uno de los principales enclaves turísticos de la Costa Cálida. Es una zona especialmente curiosa porque se trata de una estrecha franja de terreno que se extiende a lo largo de 24 kilómetros aproximadamente (desde la localidad de La Punta del Mojón hasta la de Cabo de Palos), entre el mar Mediterráneo y la gran laguna del Mar Menor. Si te gustan los deportes acuáticos, hallarás una completa oferta de infraestructuras y servicios en su Estación Náutica, donde podrás desde alquilar el material hasta contratar cursos o reservar alojamiento. Además, La Manga del Mar Menor puede considerarse casi un centro de belleza natural, por las excelentes propiedades terapéuticas que poseen sus famosos lodos y barros marinos. Mientras, el interior de la provincia ofrece históricas localidades como Caravaca de la Cruz o Lorca. Esta localidad llama poderosamente la atención por su abundante arquitectura de estilo barroco, empleada en parroquias, conventos, casas blasonadas y palacios. La Colegiata de San Patricio y el Castillo de Lorca son Monumento Nacional. A escasos kilómetros de esta población se sitúa el Parador de Puerto Lumbreras, a medio camino entre Levante y Andalucía, un lugar excepcional desde donde acercarnos a estas regiones. La provincia de Murcia cuenta con una riqueza paisajística y medioambiental protegida a través de sus parques regionales. Playas de arenas doradas, dunas y calas vírgenes en el litoral son los panoramas que encontramos en las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, y Cabo Cope y Puntas de Calnegre. Por su parte, sierras y valles en el interior son las características principales de los parques regionales de Sierra de Carche, Sierra de la Pila, Sierra de Espuña, y Carrascoy y El Valle. Lugares, todos ellos, donde poder practicar deportes de bajo impacto medioambiental y conocer más de cerca la naturaleza murciana.

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