Ni dragones, ni espadas, ni reinas, ni reyes. Girona, situada al noreste de España, cautivó a Juego de Tronos, pero cuando la visites encontrarás muchos otros rincones fantásticos y planes fuera de serie que no podrás olvidar. Anota algunos escenarios imprescindibles de esta ciudad catalana.
Antes de empezar tu visita, pasea primero por la ribera del río Oñar y cruza alguno de sus puentes —como el puente Eiffel o el Pont de Pedra—, y observa las casitas de colores que quedan junto al río y cómo se reflejan en él. Girona es de origen romano con arquitectura medieval, románica, gótica y modernista. Cuando estés callejeando por el casco histórico sentirás que viajas en el tiempo y está conformado por dos recintos amurallados: la Força Vella y el ensanche medieval.
En la Força Vella, los romanos fueron los primeros en asentarse y, siglos después, se alzó la espectacular Catedral. Fue construida en honor a Santa María y te sorprenderá por su larga escalinata y su fachada barroca. Tiene la nave gótica más ancha del mundo y un importante museo-tesoro. Dentro de este espacio encontrarás también el Call o antigua judería, una de las mejor conservadas del mundo, y restos de las murallas romanas y carolingias. Muy cerca quedan los baños árabes en pleno ensanche medieval. También te encontrarás con la Basílica de Sant Feliu, la que fue la primera catedral de Girona. Podrás pasear por las murallas del antiguo camino de ronda que te brindará unas maravillosas vistas y una panorámica de toda la ciudad. Si te sabe a poco, cuentas con infinidad de planes culturales y gastronómicos durante todo el año. Y si tienes ganas de ver el mar, está muy cerca de la Costa Brava.
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