Palamós, en Girona (Cataluña)

Palamós

Girona

En plena Costa Brava, en el litoral de la provincia de Girona, se enclava esta localidad dotada de excelentes playas y oportunidades de ocio. El accidentado relieve costero proporciona tanto amplios arenales como calas de aguas transparentes entre las rocas.

Su gran variedad de establecimientos hosteleros se acomoda a todo tipo de visitantes: desde los que buscan un mayor contacto con la naturaleza hasta los que desean instalaciones de lujo. La gastronomía, otra manera de conocer la cultura catalana, brinda excelentes productos del mar.

Una bahía de fina arena, la de Palamós, interrumpe los acantilados que protagonizan la orografía de la Costa Brava. Aquí es donde está desde el siglo XII, esta localidad: un antiguo pueblo pesquero que ahora posee importantes dotaciones turísticas y de ocio. Las playas, calas, instalaciones náuticas y el puerto pesquero son los atractivos principales de este municipio, aunque tampoco hay que olvidar el trazado medieval de su casco viejo. Desde el cercano macizo de Les Gavarres se divisa todo el perfil costero y es un excepcional paraje para practicar senderismo o cualquier deporte en contacto con la naturaleza.Playas y calasLa variedad de este litoral proporciona al visitante la posibilidad de disfrutar de las agradables temperaturas de la costa y de las aguas tranquilas de las playas de arena fina. Chiringuitos, restaurantes y animados paseos marítimos enmarcan arenales emblemáticos como la Gran Playa, la playa de la Fosca o la playa del Castell. Por su parte, los que prefieran la tranquilidad y el agua transparente de calas con fondos de roca, ideales para el buceo, disfrutarán de Cala Margarida, Cala S´Alguer o Cala Canyers. La primera de ellas se encuentra cerca de uno de los puertos deportivos de Palamós y a su alrededor se emplazan algunas de las urbanizaciones de lujo de la zona. Las otras calas se sitúan más alejadas del núcleo urbano y están rodeadas de pinares que llegan hasta el mar.Los puertos deportivos son animados puntos de encuentro donde el viajero podrá disfrutar de la línea marítima, las embarcaciones de lujo y los exquisitos restaurantes. También es un buen lugar para contratar excursiones en barco, alquilar equipos de inmersión o practicar multitud de deportes náuticos.El puerto pesquero, al pie del casco histórico, es el origen de la ciudad. Los yates se convierten aquí en barcos y barcas de pesca que regresan cada día con pescados recién capturados. Merece la pena acercarse a la Lonja del Pescado, donde se subastan y venden productos mediterráneos. El Museo de la Pesca también aproximará al visitante a una de las actividades económicas más importantes del litoral del Baix Empordà.Gastronomía localEstos pescados y mariscos forman parte de la tradicional dieta mediterránea, de profundo arraigo en Cataluña. En Palamós destaca especialmente la gamba, que se consume a la plancha, cocida o en multitud de guisos. Erizos de mar, cigalas, sepias y calamares se combinan con aves de caza, bacalao o caracoles creando recetas a medio camino entre la tierra y el mar. Los vinos de la Denominación de Origen Ampurdán-Costa Brava son buenos acompañantes para estos suculentos platos. Los restaurantes abundan tanto en los puertos y playas como en el casco histórico.Cualquier recorrido por la ciudad debe conducir a interesantes monumentos como las iglesias de Santa Eugenia de Villarromá o Santa María del Mar, en el núcleo urbano. La Plaza Murada y la Plaza de El Pedró constituyen los miradores principales de Palamós, uno sobre la bahía y otro sobre el puerto deportivo. Por su parte, importantes restos arqueológicos íberos se emplazan en la playa del Castell, mientras que el castillo medieval de Sant Esteve lo hace en la playa de La Fosca.La Costa BravaAl norte de Palamós se puede visitar el pueblo marinero de L´Estartit, desde donde se puede organizar una excusión a las Islas Medes, Reserva Natural Submarina formada por siete islotes de inmensa riqueza biológica. Hacia el interior espera el conjunto histórico-artístico de Pals, cuyo trazado medieval transporta al viajero a épocas pretéritas. Camino de Palamós, las ruinas del castillo de Begur del siglo XV pueden ser una buena parada, así como el Parador de Turismo de Aiguablava, al borde de un acantilado que se hunde en el mar Mediterráneo. Bosques de pinos hasta la arena componen el signo distintivo de Palafrugell, cuya visita nos mostrará el Jardín Botánico del Castillo de Cap Roig, la Iglesia de Sant Martí o la Fundación Josep Pla.El último sector de la Costa Brava, al sur de Palamós, entremezcla los puertos deportivos con los pesqueros y las urbanizaciones veraniegas con los cascos urbanos tradicionales. Así, Playa d'Aro es uno de los lugares donde encontrará mayor variedad de alojamientos, al mismo borde de la playa. Hermosos monumentos y algunas de las instalaciones deportivas más completas de toda la costa son las sorpresas de Sant Feliu de Guíxols. Y ya en la comarca de La Selva habrá que parar en Tossa de Mar y Lloret de Mar. Playas y calas de aguas límpidas al lado de interesantes cascos urbanos donde abundan las posibilidades de ocio son algunos de los rasgos distintivos de esta zona.

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